¿Algo que decir?
Me encanta leer tus comentarios, tus sentimientos, tus puntos fuertes. Tu testimonio significa mucho para mí, así que no dudes en compartir lo que tengas que decir.


Tu testimonio tiene valor. Tanto si has leído mis historias como si no, si has sido víctima o testigo, como niño, adolescente o adulto, tu voz cuenta.
Exprésate libremente, de forma anónima si lo deseas. Cada palabra compartida ayuda a romper el silencio y da fuerza a quienes aún se resisten a hablar. Necesito oír lo que tienes que decir para poder escuchar, comprender y hacer oír estas historias a menudo no contadas.
Sobre todo, piensa en el futuro de las personas sordas. Me preocupa especialmente ver que cada vez más niños sordos se integran en escuelas de oyentes, mientras que las escuelas de sordos van desapareciendo poco a poco. Esto está provocando una pérdida de nuestra cultura y una falta de concienciación entre los padres jóvenes sobre la importancia de aprender LSF.
Nuestra comunidad sorda tiene la responsabilidad de actuar, de apoyarse mutuamente y de defender nuestra lengua y nuestra identidad. Lo sé a ciencia cierta, porque comprendo que miles de personas sordas siguen viviendo bajo el peso de los tabúes, sin atreverse a expresar sus verdades. Precisamente por eso escribo: para romper esos tabúes y provocar un cambio. Quiero que nuestra sociedad evolucione, porque durante años, la vida cotidiana de las personas sordas ha sido ignorada con demasiada frecuencia. Incluso desde la creación de la ley del 11 de febrero de 2005, que debía garantizar nuestros derechos, los avances han sido desesperadamente lentos. A pesar de ello, algunas leyes siguen siendo vagas y, en la práctica, las acciones concretas siguen sin estar a la altura de las necesidades reales.
En una sociedad de oyentes, la accesibilidad sigue siendo con demasiada frecuencia inadecuada y mal adaptada a las personas sordas. Se toman muy pocas medidas concretas para garantizar una inclusión real en todos los aspectos de la vida cotidiana.
Si sientes esta injusticia, si tú también has experimentado esta realidad, atrévete a hablar. Cada voz cuenta. Juntos, podemos marcar la diferencia. Atrévete a escribir, tu historia puede ser una luz para los demás.
Comparte ahora tu historia utilizando el siguiente formulario.
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Escucho tus mensajes, desde el corazón y con toda sencillez.

